La casa de los Carcamanes, es una edificación ubicada en Guanajuato y que ha ganado fama, gracias a los extraños sucesos que le rodean, pues a decir de las personas, en este lugar se aparecen tres fantasmas, los cuales rompen el silencio nocturno con tenebrosos lamentos y lloriqueos venidos de ultratumba. Tales han sido las manifestaciones, que muchos religiosos han acudido a bendecirla, sin obtener resultados, pues el fenómeno se sigue repitiendo noche tras noche.
Cuenta la leyenda que siglos atrás, dos ricos hermanos europeos de apellido Karkamann, vinieron a vivir a la ciudad, en una residencia localizada cerca de la plazuela de San José. Su actividad comercial les hizo muy populares en el mercado de Guanajuato y pronto la gente fue deformando su apellido al dirigirse a ellos, hasta terminar en “Carcamanes”.
Parecía que a los hermanos esa ciudad les estaba sentando bastante bien, sin embargo, la mañana del 2 de junio de 1803, los encontraron muertos de una forma espeluznante. La primera hipótesis apuntaba a un asesinato por robo. Pero la realidad era más truculenta, y se dio a conocer, cuando encontraron también el cadáver de una hermosa chica, con una impresionante herida en el corazón.
Esta doncella sostenía relaciones amorosas con ambos hermanos, y cuando esto fue descubierto, se desencadenó el terrible episodio. Arturo, aquel que era su novio desde el inicio, lleno de cólera, esperó la llegada de Nicolás, su traicionero familiar, y le encajó un puñal con tremenda ira. Así cubierto de sangre, fue hasta la casa de la infiel, para destrozarle el corazón, tal como lo hizo ella con él. Afligido por la pena, volvió a su casa, y con el mismo cuchillo, se quitó también la vida.
Así es como llegaba a su fin la vida de los hermanos, y nacía la leyenda de los Carcamanes, pues tal parece que la historia no termina ahí, ya que habitantes del lugar aseguran que cuando cae la noche, por el sitio se pueden ver tres almas llorando, pues por castigo Divino se les condenó a penar, y hacen un recorrido desde su casa rumbo a la plazuela, lamentando su muerte y sufriendo su castigo. Esas tres personas de dudoso actuar, son ahora espíritus errantes, dedicados a vagar…