A unos pasos del Teatro Principal encontraremos el callejón de la cabecita, famoso debido a que en tiempos de la colonia vivía en una casa ubicada en el mismo, un
marido muy celoso casado con una hermosa y codiciada mujer de la cual sospechaba le era infiel.
Un día, se propuso descubrir personalmente el hecho y llegando temprano del trabajo efectivamente la descubrió; muerto de celos y golpeando al amante lo echó a la
calle, regresó a la habitación con su mujer y sin darle tiempo de nada la tomó violentamente y la arrastró fuera de la casa hasta el centro del callejón, desenvainó su filosa espada y sin demora
procedió a cortarle la cabeza.
Hecho esto con una cuerda, la sujetó del cabello y colgándola de uno de los postes del alumbrado, la dejo ahí expuesta como una lección para las mujeres
infieles.